martes, 31 de marzo de 2009

Para el capitán

Para el capitán

Su cuerpo, un tesoro el cual encontré con gran dificultad, por que podré disfrutar de lo preciado y bello.

Sus ojos, par de estrellas brillando e iluminado el camino…ese camino del gozo, del sexo, el de la lujuria.

Esa boca tan pequeña, roja, dulce y antojable, pues es la mejor cereza, más deliciosa.

Y su piel, un durazno, tiernito y dulce, y justo en medio un gran hueso, el cual se antoja para poder morder, las mejillas simplemente un par de bombones rosados.

Él es el océano y yo su navegante siguiendo a ese par de estrellas, llego a una isla preciosa, en donde nadie se encuentra, más que la navegante.

Después al despertar, me doy cuenta de que quién explora el océano, no soy yo, si no tú.

Está encima de mí, viéndome a los ojos… tocándome con la delicadeza de los pétalos de una rosa, desde lo más lindo como la cara, el cuello, mis senos, la pelvis, mis piernas y así hasta mis pies.

Mordiéndome los labios y penetrándome con todo el placer y el amor del mundo.

Gracias capitán:
Por el gran viaje del placer.

por: Maria Guadalupe Castellanos

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