En un ataque de oscuridad
rompí una luz en pedacitos
que enseguida
se desparramaron
en remotos rincones de la noche.
Me apuré a juntarlos,
pero llegó el día, el sol,
y algunos pedacitos de luz
se perdieron para siempre.
Por: Juan Mildenberger
Primer Capitulo de “Romántica Amateur”.
Hace 11 años
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